Hoja

Tratamiento del Olivar Ecológico

20 de Septiembre de 2022

Tratamiento del Olivar Ecológico

Una de las principales aportaciones de la agricultura ecológica se basa en la visión de la agricultura como un ecosistema. Esta visión permite un mejor conocimiento de los subsistemas y ciclos que lo forman, permitiendo así un tratamiento del cultivo ecológico del olivo efectivo y que contribuya al aumento de la producción.

Cuidados y tratamiento

Poda

La principal razón es aumentar y mejorar la entrada de energía al agrosistema, aumentando la superficie de captación de luz del olivo. Además, a través de la poda se renueva el arbolado. La periodicidad de la poda la determina el vigor de la planta.

  • Poda de formación, durante la fase de crecimiento. La base de esta fase es constituir un esqueleto del árbol sobre el que se mantendrán todos los órganos vegetativos y productivos. El objetivo es favorecer el enraizamiento correcto de la planta sobre el terreno, por lo que solo se eliminan los brotes laterales que crecen por debajo de la cruz.
  • Poda de mantenimiento o formación. En la parada invernal, se realiza la poda principal y durante la parada estival, se realizan las acciones de desvaretado de la peana y la eliminación de chupones. En esta fase de la poda, debemos:
    • Mantener una alta relación hoja/madera y mantener un volumen de copa adecuado a las condiciones de la parcela.
    • Mantener la tendencia natural de la variedad realizando podas racionales.
    • Conservar el equilibrio entre las ramas principales en cuanto a volumen y distribución y evitar los aclareos excesivos.
  • Poda de regeneración. Consiste en eliminar la madera sobrante rebajando el árbol y eliminando progresivamente las ramas menos productivas, renovando así la masa foliar. La poda de regeneración se basa en:
    • Descargar paulatinamente la rama que queremos eliminar, quitando parte de su ramaje y rebajándola para hacer sitio a ramas próximas que vayan ocupando el espacio libre.
    • Conservar las brotaciones que vayan saliendo de la base de la rama o en el tronco debajo de su inserción.

Cuidado del suelo

La salud del suelo es imprescindible, ya que de él se consiguen los intercambios de energía y nutrientes necesarios para nuestro olivar ecológico. El suelo no es solo un soporte para el cultivo, sino también un componente fundamental para la salud de la planta.

Es necesario iniciar una mejora de la fertilidad del suelo, lo que se puede hacer mediante enmiendas o siembras de abonos verdes que pasarán con el tiempo a formar parte del humus del suelo. Cuanto más rico sea el suelo, más se favorecerá el desarrollo del cultivo, tanto en productividad como en sostenibilidad.

Debemos mantener el suelo vivo, es decir, asegurar la fertilidad y perdurabilidad en el tiempo. La clave es el contenido de materia orgánica. Los beneficios que aporta son los siguientes:

  • Estabilizar y mejorar la estructura del suelo.
  • Aumentar la capacidad de retención de agua.
  • Aportar lentamente nutrientes minerales y activadores del crecimiento para las plantas a medida que se descompone.
  • Representa la fuente principal de nutrición para los microorganismos, que son los que la descomponen.

El manejo del suelo debe ir encaminado al aumento y conservación de la materia orgánica y a favorecer las actividades de los organismos que viven en él. ¿Cómo?

  • Incorporando materia orgánica, como compost, estiércol, restos de poda, restos de fruta…
  • Sembrando y/o con el mantenimiento de cubiertas vegetales entre las calles.
  • Introduciendo animales de forma controlada para que controlen la hierba a la vez que estercolan.
  • Desbrozando y manteniendo el acolchado, quedando los restos en superficie.
  • No realizando labores innecesarias y, sobre todo, no volteando el suelo.

Fertilidad y fertilización

El olivo construye su organismo a partir de los nutrientes del suelo mediante los mecanismos de la nutrición vegetal. La disponibilidad de nutrientes en el suelo está condicionada por las propiedades del medio, la actividad biológica de la tierra, la práctica de la fertilización, etc. Esta última no consiste en aportar todas las necesidades de la planta desde el exterior, sino ayudar a los mecanismos de regulación de la tierra a mantener la nutrición de las plantas.

La fertilización se basa en mantener la fertilidad de un suelo reintegrando parte de los elementos nutritivos que extrae el cultivo, realizar una aportación equilibrada de los elementos nutritivos y aportar al suelo cantidades crecientes de nutrientes.

Las prácticas que se llevan a cabo son a través de la fertilización orgánica, que se puede llevar a cabo mediante estiércoles y la técnica del compostaje; fertilización mineral con fósforo, potasio, magnesio, azufre y/o determinados microelementos; activadores biológicos y fertilización foliar.

Balance hídrico

Hay que reconocer las entradas (precipitaciones, riego y escorrentía), el almacenamiento (biomasa y retención del suelo) y las salidas (evaporación del suelo, transpiración de las plantas, escorrentía, infiltración en profundidad y exportación de biomasa). El agua es el principal factor limitante, por lo que debemos controlar las salidas si no podemos aumentar las entradas. ¿Cómo podemos hacerlo?

  • Las pérdidas por escorrentía se pueden reducir poniendo barreras físicas a la circulación superficial del agua.
  • Debemos aumentar las aportaciones de materia orgánica y minimizar las labores y la compactación para evitar empeorar la estructura del suelo.
  • Para evitar la evaporación directa, disminuimos la temperatura del horizonte superficial de la tierra. Para ello, usamos acolchados.
  • Las cubiertas vegetales aumentan la infiltración y disminuyen la erosión y la evaporación, contribuyendo a la conservación del agua en el suelo.

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