Hoja

Olea Europaea, el nombre científico del olivo

13 de Febrero de 2023

Olea Europaea, el nombre científico del olivo

Olea europaea es el nombre científico del olivo, el árbol más representativo de la cultura mediterránea y, especialmente, del sur de España.

Este tesoro de nuestra cultura guarda ciertas características y particularidades que hacen que conozcamos más una parte de nuestra historia y adoremos (si no podemos hacerlo más) al olivo.

Nombre científico de dónde procede

La palabra olivo procede del latín olívum, que designa el mismo árbol y el cual establece su origen en el término griego ἔλαι(F)ον.

Este término griego tiene varias formas: la forma neutra ἔλαι(F)ον, el cual designa al producto final de la aceituna, es decir, al aceite de oliva; la forma masculina ἔλαι(F)ος, que designa al olivo salvaje, el acebuche; y la forma femenina ἔλαι(F)α, utilizada para nombrar tanto al olivo como a la aceituna.

La mayoría de las lenguas usa formas para designar el árbol, el fruto y el producto final, pero todas estas denominaciones proceden del término latino olívum.

Variando de la forma latina, en España y en Portugal, lugares claves en la producción de aceite de oliva, tanto la aceituna como el aceite guardan su origen en el término árabe az-záyt, el cual significa “jugo de oliva”.

Características principales

El olivo es un árbol de hoja perenne que puede llegar a vivir cientos de años. Ejemplares de olivos centenarios, e incluso milenarios, se han ido encontrando a lo largo del tiempo en toda la vertiente mediterránea. Las dimensiones del olivo dependen del propio árbol, aunque son árboles de crecimiento lento

Es un árbol frutal, siendo su fruto las aceitunas que cada año se recogen para su posterior conversión en aceite de oliva en las almazaras. Las flores del olivo son hermafroditas, es decir, tienen estambre y pistilo. Aquí tienes más información sobre la flor del olivo.

La polinización de los olivos se lleva a cabo depositando el polen en una de sus flores. Como dato curioso, podemos destacar que el polen de un mismo árbol o de una misma familia de olivos no puede polinizar a ese mismo olivo. Por ello, el polen puede viajar hasta 40 kilómetros, llegando a cruzar incluso el Estrecho de Gibraltar. Es por esta razón por la que se descubren más de 250 variedades de olivo.

Este árbol es un árbol puramente mediterráneo, llegando a resistir las largas sequías y las altas temperaturas estivales que se producen en los países con este tipo de clima, como son España, Italia o Grecia.

En el olivo, se produce un fenómeno natural denominado vecería. Este consiste en alternar la cantidad de aceituna en un olivo después de un año de cosecha abundante. Así, el olivo, tras producir una gran cantidad de fruto un año, puede descansar el año siguiente no produciendo gran cantidad de aceituna. Con este proceso, el olivo no sufre estrés productivo y se mantiene fértil durante muchos años.

A lo largo de la historia, el olivo ha estado cargado de simbolismo. En la religión cristiana, el olivo estuvo ligado a la figura de Jesús y apareciendo en varios capítulos de la Biblia. En la historia de la civilización europea, el olivo era un árbol sagrado en la Grecia y Roma Antiguas, siendo el trofeo de los ganadores en los Juegos Olímpicos. También ha simbolizado fertilidad, paz, longevidad e inmortalidad.

Origen del olivo, repaso de dónde se remonta el cultivo del olivo

A pesar de los avances, aún no tenemos una fecha concreta del origen del olivo, ya que siguen apareciendo nuevos vestigios. Se han encontrado fósiles de hojas de olivo en depósitos del plioceno de Mongardino, en Italia, en estratos rocosos del Paleolítico Superior en África y en excavaciones de la Era de Bronce en España. Por tanto, podemos decir que la existencia del olivo se remonta 12.000 años antes de Cristo.

Según la mitología griega, el olivo surge gracias a Atenea, la diosa de la sabiduría. En una confrontación con Poseidón, dios de los mares, Atenea hace crecer un olivo para ganar la competición y conseguir la ciudad de Attica, actual Atenas. Resultó clara vencedora.

El olivo salvaje, el acebuche, es originario de Asia Menor, concretamente, de Siria. Desde este país, el olivo fue expandiéndose hasta llegar a Grecia, aunque fue gracias a la llegada del Imperio Romano cuando este árbol adquirió una especial relevancia. En esta época, ya el aceite de la comarca Betica (Andalucía) era popular por su calidad.

Con el descubrimiento de América, en 1492, el olivo cruzó fronteras europeas y llegó al continente americano. Desde entonces, el olivo y su fruto han servido como producto de alimentación, ungüentos, combustible, etc.

Las revoluciones industriales de los siglos XVIII y XIX modernizaron la producción de aceite de oliva hasta llegar a la actualidad, donde el aceite de oliva es un producto cada vez más valorado en todo el mundo debido a sus excepcionales características, su magnífico sabor y sus propiedades saludables. 

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